Concepto formulado por Katha Pollitt en el artículo «The Smurfette Principle» (1991) y desarrollado por las teorías feministas y posfeministas para denominar el fenómeno que se produce en las obras literarias y otros productos de ficción (cómics, películas, series de televisión, videojuegos), en los que se muestra una visión eminentemente androcéntrica. El mundo masculino constituye la norma del universo diegético, que presenta los roles de género de manera muy marcada. En estas producciones los hombres son los protagonistas y todos tienen alguna característica que los define (en el caso de los pitufos, lo que los hace diferentes y distintivos entre ellos: Gran Pitufo, pitufo bromista, pitufo músico…). Solo hay un único miembro femenino, la pitufina, cuya particularidad es que es la única chica o mujer; aislada de otras mujeres, no puede establecer vínculos de sororidad. Está marcada por unos estereotipos de género muy limitantes, a la vez que es cosificada porque debe ser joven y bonita. La figura femenina se convierte en un personaje complementario que habitualmente es objeto de deseo masculino, a menudo causa de disputa entre los hombres en competencia y, en muchas ocasiones, representa el tópico de la dama en peligro a la que ellos tienen que salvar. En algunos casos ni siquiera tiene nombre y aparece solo como «la chica». En cuanto a la pitufina, su nombre adopta la forma del diminutivo en la traducción al inglés, francés y castellano, de modo que se la infantiliza y se la minoriza aún más en relación con sus compañeros («pitufo»/«pitufina»).