Son las diferentes ideas, actitudes y prácticas de discriminación de las mujeres y las niñas, que se dan tanto en el ámbito privado como en el público, legitimadas por el entorno más inmediato porque están normalizadas socialmente. Por su naturaleza sutil y por el hecho de estar muy integradas en la vida cotidiana, suelen ser más difíciles de identificar como formas de dominación y violencia. Por esta razón, los micromachismos a menudo no son impugnados ni tampoco suscitan rechazo social. Sin embargo, por el hecho de estar naturalizados, son la base de otras formas de violencia machista más evidentes o agresivas, como el maltrato físico, el maltrato sexual o el maltrato psicológico. El término micromachismo fue acuñado por el psicólogo argentino Luis Bonino (1996).